Mariano Bertuchi
Mariano Bertuchi
Quizás uno de los pintores más copiados de la Historia del Arte y también de los menos reconocidos en España.
En este artículo quiero poner en valor la obra de un artista que se caracterizó por la luz que tienen sus obras que tienen como tema recurrente escenas del Protectorado Español y el norte de Marruecos.
¿Quién fue Mariano Bertuchi?
Uno de los pintores que reflejó como nadie la luz del paisaje de Ceuta y sus alrededores, tipos y paisajes, fue Mariano Bertuchi.
Mariano Bertuchi nació en Granada en 1884 y que ya en los primeros años, que vio como su vida debido a una serie de circunstancias hicieron que su personalidad artística se formara.
El artista no fue ajeno de ninguna de las maneras a ninguna de las ciudades en las que vivió y su vivencia tanto en Granada como en Málaga como en San Roque. Todas ellas fueron amadas en su extensa y prolífica producción creativa antes de fijar su residencia definitiva en Tetuán.
El pintor estuvo viviendo en Ceuta en la década en la de 1918 a 1928 siendo sus creaciones estuvieron marcadas por una incesante actividad desde diseño publicitario acuarela. Cabe decir que la acuarela ha sido una de las técnicas por las que más ha sido conocido este pintor. Pero también por el diseño de carteles, y la obra gráfica realizada en papel.
Aunque también por la técnica al oleo. Aquí voy a tratar sobre todo su proximidad con Marruecos y su madurez como artista como pintor funcionario del Protectorado español a comienzos del siglo XX. Este factor hizo el pintor trasladase su residencia de San Roque a Ceuta.
Hay varios factores por lo que Bertuchi deja la península para ubicarse en Ceuta. Uno de ellos es debido probablemente a asuntos de índole familiar. Pero uno de los factores principales, sino el único, que le condujo a afincarse en Ceuta, se encuentra en la propia ubicación geográfica de la ciudad puente de unión entre los continentes africanos y europeos.
Y que por aquel entonces cobraba de gran protagonismo. Un lugar fronterizo por que se cruzaba a Europa y a Oriente también.
Todo este conglomerado de circunstancias permitieron al pintor sentirse identificado con este paisaje y también más cercano a esa realidad norteafricana colmando así aquella visión del pasado siglo XIX de los viajeros románticos europeos.
Al ser originario de Granada, quizás en su niñez y juventud pudo percibir los restos de esa querencia y gusto por el orientalismo. Ya que Granada posee esa visión de Oriente en España.
Por un lado colmaba esa ilusión exótica y por otra también satisfacía su necesidad de acudir a ese «tesoro inagotable» que es Oriente.
Bertuchi desarrolla esa inquietud exploradora de aquellos viajeros románticos descubriendo su Oriente particular en el norte de Marruecos, ahora con nuevos horizontes accesibles ahora convencido de que allí estaba su camino esta razón de ser en el arte.
Hay que apuntar que el eje central de ese constante de ese periplo entre Marruecos y Ceuta, viene desde que hiciera el primer viaje a Tánger. Esto es algo muy importante en este tiempo en el que el artista comienza a manifestar su interés por los motivos marroquíes.
Tal y como decía anteriormente conserva durante este tiempo su admiración por los pintores de temas orientalistas del silgo XIX como por ejemplo lo fue Mariano Fortuny.
En su obra se entrecruza una mezcla de relatos literarios sobre estos temas y sobre la pintura, lo que hace que el pintor siempre se halle en la búsqueda de ese imaginario pasado.
Por tanto, en un momento dado, decide cambiar su vida y cruzar al otro lado del Estrecho aunque sobre esta decisión tomada y se especula mucho acerca de este asunto y no queda del todo claro. Es algo complejo de poder saber ya que se trata de una decisión que probablemente no tomara solo.
Ceuta representa una forma de estar próximo a Oriente máxima y también a ese destino burocrático como pintor del Protectorado español. Un cargo que en mi opinión no estaba exento de cierta publicidad a nivel nacional.
Quizás un modo de propaganda con la intención de dar a conocer esta zona del norte de Marruecos, por aquel entonces español debido al tratado Hispano-francés. De ahí también el diseño de carteles de tipo turístico que Bertuchi diseñó y que es parte muy conocida de su obra.
La década de 1920 fue tan importante para Bertuchi como para Ceuta. La Ceuta se vio el pintor cuando llegó, difiere mucho de esa colonia penitenciaria que por Real Decreto convirtiera en 1889 al término municipal.
Sin embargo el escenario que se encontró Bertuchi fue una Ceuta con muchos más habitantes, en concreto treinta y cinco mil en comparación con los trece mil anteriores. Se trataba de un territorio en expansión y crecimiento.
Al mismo tiempo que el pintor asume con inteligencia las oportunidades profesionales que las circunstancias le brindan en ese momento. Los organismo políticos y culturales reconocen ver en el arte de Bertuchi un instrumento privilegiado para representar un episodio de la colonización española en el territorio y por lo tanto de cierta publicidad como comentaba antes.
Creen ver que la iconografía norteafricana es muy sugerente y podría transformarse en un escaparate oficial en Marruecos. El maestro ya un hombre de treinta y seis años había producido en este tiempo algunas de sus composiciones más conocidas.
Aparte de estas escenas creo que de algún modo se vio obligado a representar a ciertas autoridades de entonces. Mandos militares y políticos quizás para mantener su puesto de pintor.
Aunque también por otro lado hay que pensar que estos retratos de estos ilustres personajes también forman parte del conjunto.
También pintor de temas españoles
Bertuchi a pesar de estar asentado en Ceuta, sigue pintando y exponiendo temas de la Península. Expone en la Sala Parés en Barcelona. Una sala por la que pasaron gran cantidad de artistas de la época.
Un ejemplo de ello, es la exposición que en 1919 realizará de una colección de paisaje centrados en costumbre andaluza con Granada, la Serranía de Ronda y el Campo de Gibraltar. No pinta otros paisajes de España, retratando únicamente el sur. Al ser granadino, es algo muy normal que desde la niñez lleva consigo y que por otro lado evoca esa pintura del siglo XIX así como la idea romántica de España.
Él se identifica plenamente con la andaluz, las páginas de la historiografía del arte y se muestra cercano próximo a una fecunda generación de artistas como por ejemplo López Mezquita, Gonzalo Bilbao o Julio Romero de Torres entre otros. Pintando paisajes meridionales con un colorid, tonalidad y valores muy contrastados.
Lejos de las románticas expediciones individuales del siglo XIX donde había un objetivo etnográfico y artístico, ahora los exploradores y artistas acompañaban a los destacamentos militares casi en calidad de «grumete de barco» como decía Delacroix.
Estos exploradores y artistas estaban ávidos de conocer lo que era el Oriente y lo que se encontrarían allí. Bertuchi fue uno de los primeros en acompañar estas campañas militares, aunque antes ya lo había hecho, Mariano Fortuny al estar presente durante la batalla de Tetuán y tomar apuntes de lo que allí sucedía para luego plasmarlo en una de sus obras más representativas.
Este primer viaje influyó mucho en Bertuchi y capturar em imágenes todo lo que veía, al menos en sus cuadernos de apunte. La relación mal entendida quizás de Bertuchi con los militares han hecho que a lo largo del tiempo la pintura del artista sea denostada.
Esta relación posiblemente interesada por parte del pintor para conseguir el objetivo de viajar y ver y más bien lejos del interés militar o de retratar asuntos militares. Sino más bien, fue una excusa para poder pintar lo que pasaba ante sus ojos en este viaje.
Como decía, se acompañaba de cuadernos de viaje de pequeño formato en los que capturaba en tinta o acuarela apuntes de lo que ve. En ocasiones son sólo pruebas de color y experimentos que más adelante se publicarían en papel en forma de postal o incluso servirían como material adicional para comprender su obra en posteriores exposiciones en España.
Quizás por el recuerdo también que le retrotrae a su infancia en Granada. Y quiere capturar todo esto en su pintura.
Aquí, lo más importante que realiza, son esos estudios en acuarela en sus cuadernos de viaje. Son manchas a color de una plasticidad y composición magníficas. Torreones, minaretes, murallas tienen en el pintor gran interés.
Pone gran empeño en capturar todo lo relacionado con la arquitectura y lo estudia así todo. También las personas aunque estas forman parte del decorado, es decir en ocasiones como relleno y no como protagonistas.
Digamos que esas manchas de color de un estilo casi Impresionista, hace que sea algo muy moderno para la época y se sale de toda rigidez más conservadora en cuanto a modo de pintar se refiere.
En Francia se establece una libertad creadora que impera en el panorama artístico nacional y hay una nueva forma de expresión. Sobre todo basada en el creciente protagonismo del color y en el modo de pintar con el color directamente y en el que prevalece al utilización de colores primarios sin apenas mezclar. Esto es, el Impresionismo.
Los impresionistas no son ajenos a Oriente y en sus obras hay gran cantidad de motivos que aluden a ello. En España como he comentado en anteriores artículos se mantiene al margen de este movimiento pictórico.
No entra de lleno en el salvo artistas como Darío de Regoyos que fue el único impresionista real español, aunque vivió más fuera que dentro de España.
A pesar de todo esto, Bertuchi se muestra entre dos mundos muy distintos entre si. Por un lado la pintura que se estaba haciendo en el resto de países europeos y por otro de la mano de la pintura española.
Quizás con las influencias de unos y de otros, forma su propio estilo tan peculiar y inconfundible cuando vemos una obra de Bertuchi. Y el elemento más protagonista diría que es la luz. Una pintura mas realista en la que el dibujo acompañado del color tiene su estructura principal.
Esas sombras realizadas con azules atraen sin duda la mirada del espectador. Es lo primero que llama la atención y lo que se repite en cada acuarela realizada. Utilizar sombras coloreadas que ya Fortuny utilizó así como los artistas impresionistas franceses.
Bertuchi por tanto es el pintor no solo del Protectorado español sino también de Marruecos. Con su pintura unió a los dos países plasmando lo que tienen en común y no lo que les diferencia que es la Historia que por mucho que nos empeñemos en ocasiones está ahí y fue lo que fue.
Con el paso de los años han sido muchas galerías y marchantes sin escrúpulos, los que han sacado a la venta gran cantidad de cuadros falsos.
En ocasiones sin firmar con el truco de la «atribución» a Bertuchi, por ser una escena de un zoco por ejemplo. De este modo se ha engañado a gran cantidad de compradores incautos que pensaban que compraban una obra original del maestro cuando en realidad era una falsificación.
Sirva esta breve guía que realicé hace un tiempo en la que explico algunas pautas para comprar arte original siempre.
No obstante y a pesar de esta mala práctica dentro del coleccionismo artístico, no debe empañarse por este motivo la obra de gran calidad y la gran cantidad de dibujos, acuarelas y oleos que el pintor realizó a lo largo de su vida y que se cuentan por miles.
Y por supuesto dar a conocer que este es el motivo de este artículo, la obra del genial Mariano Bertuchi.