La elección del motivo pictórico en nuestros cuadros
Elegir un buen motivo para pintar garantiza el éxito de nuestra obra.
Otra de las cosas más difíciles de encontrar en pintura es el motivo a la hora de pintar, es decir el qué pintar. Al principio todos caemos en los errores de pintar lo que vemos y nos gusta y directamente lo pintamos que dicho sea de paso como práctica no está mal ya que se aprende algo de técnica pero con el paso del tiempo ves claramente que no estás creando algo homogéneo tanto en estilo como en técnica. Esta evolución progresa de modo natural y poco a poco te alejas de los primeros trabajos dónde uno da palos de ciego a otras etapas más asentadas dónde te centras en un tema y profundizas en el creando series.
Lo cierto es que si no tenemos una idea no hacemos nada. Cuando hablo de idea me refiero al motivo o sujeto principal en nuestros cuadros. Es decir, debe haber algo sobre lo que trabajar y profundizar y esto al principio no se comprende, sólo cuando llevas años trabajando en ello te das cuenta que necesitarías más de una vida para llevar a cabo una obra consistente y te arrepientes de todo el tiempo que has dedicado a cuadros que realmente no pertenecen a ningún tema en particular. Si no se eligen bien los temas no hay mucho que hacer aunque supongo que todo forma parte del aprendizaje del oficio de artista y se debe pasar por este ciclo.
No creo que haya que preocuparse mucho de esto ya que se va pasando de un modo natural poco a poco y sin querer se va adoptando un tema que te gusta en particular y sobre todo con lo que se aprende de otros artistas consagrados o se aprovecha lo que nos gusta de ellos y indirectamente pasa por nuestra cabeza a modo de centrifugadora y sale por la mano y queda sobre el lienzo pero de esto hablaré otro día.
Como ejemplo a continuación dejo una imagen de uno de mis cuadros que realicé hace años.