Cuadro al oleo de un paisaje de Campo de Criptana en Ciudad Real

Un paisaje propio de Campo de Criptana realizado al oleo con un ambiente un tanto invernal. Con los cielos cubiertos de nubes que se superponen unas a otras bajo un cielo grisáceo se encuentran los molinos en la parte alta del pueblo.

El resto de las casas queda bajo la colina ocultas. Y en la parte derecha del cuadro se ve asomar la torre del campanario de la iglesia y algunas casas de blanco encalado con los tejados naranjas.

En primer término la hierba crece entre algunas rocas y la tierra arcillosa también de color naranja se deja ver.

En la zona central de la pintura se ven las figuras de varios molinos bien conservados que recogen los vientos que llegan.

Al fondo el paisaje se difumina en colores ocre, azulados, grises y amarillos.

Entre las casas se puede ver una columna de humo extendiéndose en el horizonte del paisaje.

De pincelada suelta, nerviosa y en distintas direcciones los elementos se disponen en el cuadro de un modo equilibrado y siempre utilizando un punto de vista lejano.

Es habitual en mi pintura poder ver las ciudades, pueblos y paisajes.

Con una perspectiva desde las afueras dejando ver la totalidad de los elementos de las poblaciones a lo lejos o del propio paisaje.

Es inevitable al ver este paisaje y estos molinos con sus aspas girar, recordar aquel famoso pasaje de la novela de Don Quijote de la Mancha en la que arremete contra unos molinos creyendo ser gigantes.