Paisaje al oleo de Ávila al atardecer

Un paisaje al oleo de la ciudad de Ávila al atardecer desde el famoso enclave de los cuatro postes.

En este momento del día se puede ver una panorámica espectacular de las murallas y los diferentes edificios de la ciudad que se tiñen de colores amarillos y anaranjados por los últimos rayos de luz. Haciendo que sus muros cobren un aspecto dorado.

Se trata de una panorámica que hace pareja junto con otra obra de idénticas dimensiones y que tiene como motivo un paisaje de la ciudad de Segovia, también desde las afueras.

Se trata de un paisaje sintético en su técnica, donde se concentra tanto la técnica cercana al Impresionismo como la luz y el motivo en si, lo que evoca este motivo. Quizás también cercana a la pintura española del cambio de siglo del XIX al XX. Imposible no recordar en este punto a Aureliano de Beruete, renovador que introdujo el impresionismo europeo en España.

También es de destacar las sombras azuladas de los diferentes edificios y casas y que las murallas proyectan sobre si mismas.

Este aspecto es clave en esta obra ya que uno de los elementos que más me gustaban a la hora de pintar este paisaje era precisamente el azulado y violeta de las sombras en la distancia.

La hierba que se extiende desde la pradera junto a la ciudad a la izquierda también tiene un tono muy distinto.

Que contrasta con el verde más oscuro de la arboleda que os encontramos en primer término y con el verde azulado en la esquina inferior derecha que hace de esta obra que tenga un matiz importante en tonos verdes.