Acuarela del edificio Metrópolis en la Gran Vía madrileña

Una de las esquinas más famosas de Madrid y que todo el que pisa la ciudad por primera vez se queda prendado de ella es esta que muestro hoy en esta acuarela de gran formato del edificio de Metrópolis que hace esquina con las calles de Gran Vía y Alcalá y que ha sido testigo a lo largo de muchos años del cambio de la ciudad.

Una acuarela que muestra enteramente el edificio con un mar de nubes en una gran masa de tonalidades grises y azuladas que permite ofrecer perspectiva y distancia a la composición de la pintura

La perspectiva es algo forzada con un punto de vista muy bajo en el que apenas se aprecian coches salvo en dirección de bajada donde están parados en un semáforo. Tiene este cruce de calles algo de complejidad en su composición que debido a la bajada y las formas alargadas de los edificios y esa curva que hay en el cruce de ambas calles, hace que todo sea algo complejo a la hora de pintarlo.

El cielo al igual que otros cuadros de esta serie está realizado con multitud de pinceladas en varias direcciones y en degradado de mayor color en la parte superior y va restando color en la parte más cercana al horizonte.

También el cielo está realizado con una aguada de azules que desciende sobre el horizonte de la ciudad. Sobre el asfalto, pinceladas horizontales marcan la trayectoria y subida por esta avenida en una curva que muestra en una perspectiva algo aumentada el giro y cruce de calles en un formato cuadrado.

Se trata de una obra que destaca por el aroma impresionista en general capturando la luz de Madrid con pinceladas en distintas direcciones destacando sobre todo el edificio Metrópolis que es lo que más destaca de todo el conjunto.