Retrato en acuarela de una niña en un jardín

Con motivo de un regalo de Primera Comunión recibí el encargo de pintar este retrato en acuarela de Celia que es el nombre de l aniña que muestro en esta pintura en acuarela. Se trata de una obra que posteriormente debía ser enmarcada con el marco que aparece en la foto para entregarlo de este modo. Uno de los retratos en los que he me ha gustado mucho trabajar.

Pintar retratos y sobre todo si son retratos de niños siempre es algo muy satisfactorio ya que aporta mucho.

En general cualquier retrato enriquece mucho y como anécdota he de contar que sucede algo curioso con la pintura de retratos y es que a medida que se trabaja sobre el rostro de la persona, se sabe más sobre ella, por su expresión, por su mirada, siempre es posible intentar al menos averiguar cómo es esta persona y llevarlo al lienzo o el papel.

Pintar es conocer y mirar y cuando pinto retratos me acerco a la mirada de las personas y en este caso de los niños por lo es asomarse a un mundo que dejamos atrás hace tiempo pero que sigue latente en nosotros.

En os retratos de niños sucede que se expresa algo fundamental que es la frescura con la que se presentan. En este caso la niña que he pintado y que aparece de perfil nos mira sonriendo pero no demasiado y con el pelo en movimiento debido a la brisa, esto me gustaba ya que aporta la inmediatez de la instantánea y de la impresión en la pintura. El fondo, está sugerido con aguadas de color centrando la atención en la niña retratada.