Paisaje de amapolas en primavera
Cuadro al óleo de un paisaje de amapolas.
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Medidas: 65×54 cms.
Técnica: Oleo sobre lienzo
Precio: 300 euros
Envío: Gastos de envío GRATIS a toda España.
El envío adjunta un certificado de autenticidad de la obra firmado y sellado por el artista.
Siempre me produce mucha satisfacción el poder pintar este tipo de paisajes y trabajar la luz en estos cuadros de motivos de flores, como este cuadro al óleo de un paisaje de amapolas.
Creo que estos paisajes aportan mucho a las personas que los ve ya que suelo recibir a menudo mensajes muy positivos cuando añado algún cuadro de este tipo al catálogo.
Las flores y los paisajes de flores en general son algo que aportan alegría y quizás optimismo que la naturaleza nos ofrece.
El cambio, la metamorfosis y la transición hacia la belleza. Los caminos y senderos que se iluminan por la luz que atraviesa esas nubes quizás de tormenta de primavera, deja ver entre sombras el estrecho paso por el que hay que caminar.
La escena se produce rodeado de montañas en plena primavera cuando el campo después de las lluvias reaparece con todos los colores de la vegetación nuevos.
Se trata de un cuadro de marcado estilo impresionista en el que hay un gran trabajo pro capas de cada color. Añadiendo poco a poco cada una de las capas que componen el cuadro y cada una de las zonas.
Todo esto con unas pinceladas que se yuxtaponen una a otra y siempre de oscuro a claro para destacar las zonas luminosas.
La vista se nos va directamente a la zona de las flores ya que es un cuadro de flores a pesar de existir árboles.
Son un elemento muy importante en toda la composición pero por su colorido lo que más nos llama la atención son las amapolas que tienen varios colores aunque a primera vista sólo nos parezca que son rojos no es así.
Podemos ver algún naranja, violeta y muchos tonos de verde y algún amarillo que a pesar de estar pintados sin destacar demasiado en esta zona tienen un papel fundamental para que exista un tono que salta entre los colores rojos que predominan.
En las montañas de un color verde oliva mezclado con el gris de las rocas que aportan lejanía y otro plano a la composición.
El viento, un elemento invisible de nota y se aprecia en los árboles que cierran esta escena ya que se puede apreciar cómo se agitan.
Como decía al principio se trata de un cuadro que como la mayoría de este tipo de cuadros aportan alegría y eso es lo más importante.