Acuarela de un paisaje panorámico desde el Templo de Debod

Bajo estas líneas un detalle ampliado de la obra 

A lo largo y ancho de Madrid se pueden ver vistas y paisajes realmente bonitos de la ciudad.

He pintado esta acuarela desde el mirador que hay en la plaza del Templo de Debod desde donde se puede disfrutar de una panorámica espectacular de la parte de la conocida cornisa de Madrid con algunos de los edificios más emblemáticos como parte del Palacio Real a la izquierda y la Catedral de la Almudena un poco más a la derecha.

Si seguimos el recorrido en esta dirección se puede ver la Basílica de San Francisco el Grande y nuestra mirada se pierde a lo lejos entre edificios y zonas de arboleda, jardines que rodean esta zona tan antigua de Madrid. También en la parte baja de la pintura entre las copas de los árboles asoman las dos cúpulas de la antigua Estación del Norte.

Una acuarela en la que el cielo ofrece esa sensación de lejanía debido a las nubes pintadas con blanco de gouache y retocadas con algunos tonos grises y azulados. En el horizonte se hacen diminutas estas nubes a medida que nuestra mirada se pierde bajo una franja de colores rosáceos y azulado algo más oscuro.

A los lados de esta composición dos árboles asoman para abrazar el conjunto y aportar equilibrio a la pintura. Toda la acuarela está realizada con pinceladas pequeñas y nerviosas que componen toda la estructura dela obra.

La luz y la claridad de la escena es otro de los elementos que cabe destacar con un degradado en el cielo que se aclara desde la parte superior hasta la inferior en el horizonte.