Cuadro al oleo de un bodegón con limones

Cuadro de un bodegón en el que he retratado un par de limones colocados de perfil sobre una bandeja y puestos cada uno mirando hacia un lado. La luz es tenue incidiendo de lateral derecho levemente.

Se trata de una pintura muy ligera, con una pincelada muy suelta y de un estilo impresionista que en conjunto realza todo el cuadro.

La pincelada es sin duda un elemento que representa muy bien el cuadro como si lo estuviéramos mirando a través de un cristal con dibujo forma diferentes círculos. Por ejemplo en la zona de la mesa o de un lado a otro en la franja de color marrón oscuro que delimita el borde del aparador sobre el que está apoyado el plato.

Esta es la segunda versión de un bodegón que pinté hace un tiempo del mismo tema pero con diferente pincelada y luz. En este cuadro las capas de color se ponen unas sobre otras trabajando mucho toda la composición general creando una composición pictórica muy homogénea y entera.

La luz se proyecta sobre el palto desde la parte superior de cuadro iluminando los limones y la pared dejando en penumbra el resto del espacio y generando una luz algo tenebrosa en la superficie de la mesa de un tono algo azulado al igual que el plato en la parte cóncava del mismo.

Dos piezas de fruta componen el cuadro, una composición aparentemente sencilla pero no así el motivo ya que entraña mucha belleza. Y esto se descubre cuando se pinta sobre el tema y se observa y escruta con detenimiento cada detalle del motivo a tratar, es sólo entonces cuando de ser un motivo aparentemente vulgar y simple cobra riqueza y complejidad.