Uno de los cuadros que he pintado en varias ocasiones de esta bonita calle de Altea en la provincia de Alicante. En este lugar guardo muy buenos recuerdos y por eso me decidí a pintar esta acuarela de una de las calles por las que pasé hace un tiempo. La calle, solitaria esta vez se llena de gente cuando cae el sol y aquí la he pintado a primera hora de la tarde cuando todo el mundo permanece a la sombra refugiándose del calor. 

Las cúpulas de la iglesia son realmente llamativas de color azul intenso decoradas con dibujos en blanco y las fachadas de las casas de la calle encaladas se iluminan de blanco intenso proyectando sobre si mismas las sombras de los balcones y los faroles a lo largo de toda la calle. Mitad de esta calle cae en sombra mientras que la otra permanece iluminada y una serie de jardineras adorna todo el recorrido aportando un color diferente al cuadro.

El cielo de diferentes colores azules está realizado con pinceladas ligeras. Uno de los secretos de la acuarela y en general de cualquier tipo de pintura es saber cuándo parar, es decir, no añadir pinceladas de más ya que en la mayoría de los casos menos es más.
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