Un cuadro al oleo para el recuerdo, un regalo especial
Un cuadro al oleo para un regalo de un aniversario muy especial
Hace unas semanas tuve la oportunidad de poder trabajar en un cuadro con unas características algo diferentes a lo que suelo realizar a menudo de un modo exclusivo y basado en una fotografía de hace años.
De la fotografía a la obra pictórica
El motivo inicial a la hora de encargar el cuadro
Julio 2020.
Como todos los encargos de cuadros personalizados que suelo recibir, siempre hay un motivo presente.
El motivo o tema en muchas ocasiones viene derivado de un momento especial, celebración, evento o aniversario como es el caso que ocupa este artículo sobre un cuadro al oleo que he pintado partiendo de una fotografía en blanco y negro de hace muchos años.
Recibí el encargo de realizar un encargo partiendo de una imagen en la que se puede apreciar a dos personas abrazadas y posando ante el fotógrafo con aparente viento por el movimiento de las ropas que llevan y el pelo.
Se trata sin duda como se puede apreciar sobre estas líneas de una escena entrañable de hace décadas.
Entonces no existían los móviles y pocas eran las personas que podían tener una cámara de fotos. Pero había fotógrafos que en muchas ciudades estaban en los lugares más turísticos de un lado a otro con su cámara y su trípode y por poco dinero podían sacar una instantánea para el recuerdo.
La dificultad como se puede observar a la hora de pintar una obra de estas características reside sobre todo en pasar del blanco y negro al color e imaginar los colores, tanto de las figuras como del paisaje posterior.
En este caso la acción sucede en Santander, como se puede apreciar en la parte posterior la silueta blanca del Palacio de la Magdalena y probablemente la pareja se sitúa ante la barandilla azul del Paseo de Reina Victoria.
Ayudado por la persona que me encargó el cuadro añadí los colores a cada una de las personas que era lo más complejo quizás, así como el tono de la piel, él más moreno y ella más pálida aparentemente.
La luz de la fotografía en algunos casos quita facciones del rostro al estar expuesta demasiado tiempo, por ello este cuadro iba a ser una impresión de ese momento, es decir, un recuerdo sobre el lienzo utilizando la fotografía como referencia pero la intención para nada era realizar algo realista ya que no suelo trabajar este tipo de técnica y por otro lado hay que pensar que cuando se encarga un cuadro a un artista hay que contar siempre con el estilo de pintura que tiene, si le gusta, entonces adelante porque el resultado será bueno.
De la fotografía al cuadro, el proceso y otros detalles
Al comparar tanto la fotografía original como el cuadro se pueden apreciar algunos elementos que en la imagen no aparecen y si en el cuadro.
La foto se puede ver en la parte superior algo deteriorada por lo que esa parte de la cabeza del hombre había que inventarla, así como los pies de ambos ya que el revelado no lo incluyó.
Como digo hay que intuir estos elementos pero que en pintura son esenciales ya que la composición no quedaría tan equilibrada si no le hubiera pintado los pies y no hubiera centrado a las figuras.
Son licencias que el artista debe permitirse y tener cierta libertad en este sentido para que el cuadro quede bien y de este modo también adaptarlo a su estilo y modo de trabajar.
De otro modo sería preferible quedarse con la fotografía, pero así lo que conseguimos al final es tener la mirada del artista sobre una imagen de unos seres queridos como ocurre en este caso. En ese aspecto reside el valor de la obra que adquirimos.
Realizar este tipo de cuadros es algo más que transferir de la imagen al lienzo como si tal cosa. Como podemos ver hay detalles que hay que tener en cuenta y el artista debe mantener siempre el equilibrio entre la imagen y la obra final a lo largo del proceso.
Es un equilibrio complicado y difícil pero en ese punto reside también lo atractivo y bonito cuando desarrollo este tipo de trabajos.
Algunos aspectos técnicos de la obra
A nivel técnico, se trata de un cuadro realizado en varias sesiones y sin prisa ya que a este tipo de obras hay que dedicarles tiempo para que queden bien.
Como se puede observar el tipo de pintura que suelo realizar que es muy cercano al Impresionismo donde la luz está presente, también lo está en esta obra en la que he tenido que imaginar como sería realmente la luz en esa escena pero dada la gran cantidad de veces que he estado en Santander no me costó trasladar y añadir los colores que corresponder tanto en el mar como en el cielo.
Luego viendo las ropas que vestían las figuras pensé que los colores podrían ser los que finalmente añadí.
En cuanto a la pincelada se refiere, he utilizado una pincelada fina en varias capas de pintura, dejando secar y aplicando nuevamente otra capa más y así consecutivamente de modo que la obra vaya tomando forma.
La medida, es una medida de 61×50 cms, quizás algo más pequeña de lo deseado por mí ya que creo que con una medida mayor se podría haber conseguido una composición más entera y con más consistencia al ser un retrato de cuerpo entero.
La pincelada está bastante detallada aunque también suelta en muchas zonas del cuadro ya que esto le aporta viveza a la escena, y sobre todo debido a que es una escena en la que se puede intuir cierta brisa
Conclusión final
Para finalizar sólo comentar que regalar una obra así es algo exclusivo y único pero aparte es algo que las personas que lo reciben nunca olvidarán. Se trata de algo que no se puede conseguir fácilmente y de alto valor sentimental y con una carga emotiva que siempre recordarán.
Mi consejo es que siempre se acuda a un artista profesional ya que hay muchas webs en Internet que ofrecen obras originales pero no son mas que impresiones sobre lienzos de dudosa calidad lo cual no tiene ningún valor artístico.
Por ello me gustaría dejar algunos consejos sobre como comprar Arte original en Internet o si queremos encargar un cuadro para que la experiencia sea segura y satisfactoria. Leer aquí.