Cuadros de paisajes de flores | La perfección de la naturaleza
Lejos de la imagen estereotipada y de un Impresionsimo mal entendido, los paisajes de flores son el estudio minucioso de la naturaleza.
Comparto un estudio riguroso partiendo de varios cuadros realizados tanto al oleo como en acuarela de temas de flores pintados en los últimos tiempos.
Marzo 2020.
Tal y como dice el encabezado de este comentario, la naturaleza siempre es la mejor artista que existe y existirá jamás.
Siempre me han interesado los cuadros de temas de flores como estos que se pueden ver en este artículo y en la sección de esta página. Hay algo que creo que es fundamental en cada uno de los cuadros que realizo de temas de flores y es la colocación de cada elemento, sobre todo de las flores dentro del paisaje.
Para ello es preciso la observación constante de la naturaleza, el conocimiento para que se pueda ver bien el modo en el que está compuesto el paisaje.
Digo esto porque a menudo veo cuadros de temas de flores y al margen del estilo que cada pintor tenga, lo que me llama la atención es que parecen estar colocadas de modo artificial, es decir, la naturaleza no se desarrolla así.
Entendiendo que se trata de una pintura y que cada uno aporta una visión de su modo de ver la naturaleza, hay que pensar siempre que dentro de nuestro propio estilo hay algo que no debería alterarse y es el modo en el que el paisaje se desarrolla y nace ya que forma parte de su propia vida.
Cuadros de paisajes de flores y árboles con flores
Por todo ello, las obras en las que trabajo y he trabajado durante todo este tiempo abordan diferentes temas donde las flores son protagonistas y el motivo principal de cada pintura. Y debido a la singularidad de cada paisaje, los he realizado con distintas técnicas, tanto oleo, como acuarela o pastel.
Creo que según el motivo floral que se elija también viene dada por añadidura la técnica que se emplea o por lo menos en mi caso, la técnica más apropiada a cada motivo.
También es bueno destacar que dentro de los motivos de flores en pintura, existen varias derivaciones como pueden ser los cuadros de paisajes de flores, las obras de temas de árboles, las naturalezas muertas.
Por supuesto sin olvidarse de los temas de jardines o de elementos modificados y realizados con un propósito, como hiciera en su día Claude Monet con su jardín en Giverny y sus estanques de nenúfares donde colocaba a su antojo cada zona del jardín para tener temas suficientes para pintar.
Hay una diferenciación importante entre los motivos que comento, ya que es muy distinta la composición y ordenamiento de cada uno de los elementos de cada cuadro así como el tamaño del lienzo o soporte elegido para llevar a cabo cada una de las obras.
Paisajes de flores
Siempre me ha gustado observar paisajes de flores al natural, y digo esto porque la observación siempre es la chispa para el conocimiento. Esto es extensible a cualquier motivo pictórico, no sólo a los temas de flores.
El artista debe acudir al lugar y conocerlo de primera mano, respirar, oler, mirar y recopilar toda la información necesaria para después digerirla de algún modo y plasmarla sobre el lienzo o el papel.
Para que el resultado se lo mejor posible, es necesario observar y si lo que voy a pintar es la naturaleza y en este caso un elemento tan efímero, frágil y a la vez con mucho movimiento como son flores silvestres en el paisaje, es necesario salir y basar el trabajo en la observación.
Aprender a mirar, que es un ejercicio que todo pintor debe hacer con frecuencia.
En ocasiones he contado sin ánimo de criticar por supuesto, que a menudo cuando en al actualidad veo cuadros de paisajes de flores, no me parecen naturales, es decir, no me parecen flores sino cualquier otra cosa.
Veo que están dispuestas en el paisaje como si se hubieran colocado artificialmente o una maquina las hubiera pinchado en la tierra.
El color que veo es bastante artificial también y no hay variaciones de tonos o de un mismo color debido a la luz o las sombras.
Por eso vuelvo al punto anterior en el que comentaba la necesidad de aprender a mirar y observar bien la naturaleza cómo dispone todo.
Como crece la vegetación, la hierba, las flores, como está compuesta la orografía del terreno y como sobre ella se distribuyen todos los elementos que forman el paisaje. En definitiva debemos aprender a mirar.
La pintura al aire libre
Ya los pintores de la conocida Escuela de Barbizón en Francia comenzaron a salir de los talleres para pintar la naturaleza al aire libre tal y como la veían en ese preciso momento.
Este modo de pintar “au plein air” o también conocido como Plenairismo se estableció durante Impresionismo en Francia y gran parte de las obras pintadas durante ese periodo fueron realizadas de este modo. En mi opinión, a lo largo del tiempo se ha ido perdiendo realmente esta esencia de pintar al aire libre.
Con esto quiero decir que este modo de pintar, de observación de la naturaleza, se ha sustituido y reducido a concursos de pintura rápida al aire libre, donde el pintor en un corto espacio de tiempo debe realizar una obra lo más terminada posible y de este modo poder ganar un premio.
Creo que este tipo de certámenes han hecho que la pintura al aire libre y el oficio de pintar en general sea estereotipado y nos alejemos del conocimiento de lo que realmente es pintar al aire libre.
Hay un Impresionismo mal entendido que como indico es el estudio minucioso de la naturaleza. Porque pintar fuera del estudio supone enfrentarnos a una serie de circunstancias y elementos que de repente son imprevistos y el pintor debe jugar con ellos ya que no se los espera.
La meteorología no siempre es benigna con el artista y como le sucedió a Claude Monet en ocasiones, se enfrentaba a los elementos dejando la naturaleza su propia huella debido la lluvia caída, el polvo o la arena que proyecta el viento sobre la pintura fresca o las personas que en un momento dado discurren por ese lugar en un momento dado y establecen conversación con el artista.
Se sabe a través de las cartas que Monet escribió que el pintor no terminaba muchas de las telas en las que trabajaba al aire libre sino que las dejaba para más tarde en el estudio poder terminarlas ya que a veces era tarea imposible.
No obstante esto enriquece a pesar de la incomodidad del momento. Con esto quiero resaltar cómo la naturaleza se apropia de parte de la pintura y deja huella en ella.
Otro ejemplo de ello era el de Paul Cezanne que a veces dejaba el lienzo en el mismo lugar donde pintaba al aire libre y se marchaba a casa, de modo que cualquier cosa que sucediera en el exterior como una tormenta por ejemplo hacía mella sobre la obra allí expuesta a todo.
La naturaleza una vez más hacía suyo parte de la obra y ahí estaba reclamando su parte.