Madrid en acuarela.

La ciudad de Madrid tiene multitud de motivos para poder pintar, no sólo los lugares más conocidos sino también otro tipo de lugares también conocidos pero menos pintorescos quizás que al pintarlos se es consciente que cualquier motivo puede ser bueno.

Por ejemplo en este artículo se pueden ver cuadros de lugares muy representativos como la Gran Vía pero también otros menos frecuentados pero muy castizos como la Plaza de Lavapiés o una panorámica de Madrid desde la Casa de Campo.

Aunque en cualquier caso, Madrid tiene multitud de bonitos rincones para poder pintar, lugares no tan conocidos o que se alejan de los lugares más visitados.

Es en este punto donde me llama especial atención este factor ya que inevitablemente muchas veces dirijo la mirada hacia motivos muy conocidos ya que son más llamativos o espectaculares, sin embargo hay multitud de motivos menos conocidos que una vez que comienzo a trabajar sobre ellos veo que son realmente atractivos y que portan la misma belleza que los otros.

Este juicio acerca del motivo a pintar siempre es una lucha constante y hay que obligarse a pintarlos ya que en ocasiones lo más sencillo cobra mayor belleza.

A veces menos es más. 

Paisajes dentro de la ciudad de Madrid.

La ciudad de Madrid y como casi todas las ciudades poseen paisajes dentro del circuito urbano, es decir, cuando se pinta un paisaje de un medio rural o un paisaje tal y como lo entendemos siempre imaginamos una extensión de cielo, otra de flores o de tierra, montañas, alguna casa que conforman el cuadro.

Pero también existe el paisaje urbano y es con la acuarela la técnica con la que se puede representar muy bien este paisaje de edificios, personas, coches, monumentos y otros elementos que forman cada cuadro.

Observando con el paso del tiempo la ciudad y su ritmo en los diferentes lugares de Madrid llegué a la conclusión que era como pintar cualquier tipo de paisaje teniendo muy en cuenta cada elemento de la composición final del cuadro y respetando las formas de cada edificio pero dejando espacio para la interpretación como es lógico.

Retratando el alma de Madrid.

Por supuesto uno de los retos a los que se enfrenta el artista sobre todo si se trata de representar cualquier tipo de paisaje ya sea urbano o rural es el capturar la luz, el ambiente y en definitiva el alma de la ciudad.

De cada rincón pero aportando su visión y representación de cómo el artista lo ve y lo filtra plasmando sobre el lienzo o el papel su propia imagen del lugar.

Sin duda este es un equilibrio difícil de mantener y que siempre he querido plasmar en cada uno de mis cuadros. Madrid como decía al principio siempre ha sido una ciudad acogedora con todas las personas.

Una ciudad creada con personas de otras partes de España y una ciudad abierta y alegre donde a nadie se le pregunta la procedencia, siendo siempre un motivo de curiosidad y no de prejuicio.

El movimiento de la Puerta del Sol o de la Plaza de Cibeles tan conocidos por todos, el color del cielo de Madrid tan característico y del que tanto se habla es lo que he querido representar siempre en cada uno de mis cuadros.

En la selección de algunas de estas obras que he pintado en los últimos meses se puede apreciar esas cosas de las que hablo en una serie de cuadros en los que la pincelada ligera pero definida y un color contrastado representan varios lugares y muy distintos entre si de la ciudad.