Paisaje de amapolas en primavera.
Cuadro de un paisaje amapolas en primavera
Medidas : 116×81 cms.
Técnica: Oleo sobre lienzo.
Precio: 600 euros Vendido
Envío: Gastos de envío GRATIS a toda España.
El envío adjunta un certificado de autenticidad de al obra firmado y sellado por el artista.
Marc Chagall dijo:
«El arte es el esfuerzo incesante por competir con la belleza de las flores… sin triunfar jamás.»
Y es muy posible que tuviera razón ya que es difícil competir con la naturaleza a este nivel, la naturaleza siempre pinta o esculpe las mejores obras y hay que usarla como referencia.
Este cuadro de gran formato en el que aparece un paisaje de flores horizontal con multitud de flores me ha llevado un tiempo ya que este tipo de cuadros requiere reflexión y mirar bien el paisaje que tenemos delante a la hora de pintar ya que como en otras ocasiones he comentado las flores en estos cuadros hay que pintarlas con armonía.
El color es determinante en un cuadro de estas características, un mosaico de color de multitud de puntos pequeños se juntan en nuestra retina para que nuestro cerebro lo asimile.
La mayor parte del cuadro está repleto de pequeñas flores pintadas con pequeñas pinceladas pequeñas mezclándose entre si para crear una armonía de color que la naturaleza nos ofrece.
El cielo realizado con pinceladas en diferentes direcciones y de distintos tipos de color gris algo de violeta y pequeñas claros que se abren en las zonas superiores de azul.
Las nubes ofrecen un contraste en el cielo a la vez que los árboles también ofrecen contraste en la zona de las flores aportando con sus sombras más luminosidad a la zona de los árboles y que destaquen más en la composición del cuadro.
Un cuadro de gran formato como este tiene gran cantidad de trabajo debido a la gran cantidad de pequeñas pinceladas que tiene y sobre todo a que hay que pintar las flores con sentido y lógica pensando que la naturaleza nos ofrece al misma lógica en el paisaje y por ello hay que realizar una observación a conciencia de la misma para trasladarlo luego al lienzo.
Las pinceladas con algo de movimiento en la zona de la arboleda proporcionan un cambio de ritmo en nuestra mirada cuando recorremos el cuadro de abajo hacia arriba, desde el manto de flores y hierba algo inclinadas por el efecto del viento, a la zona de elementos verticales como los árboles en la línea del horizonte.