Cuadro al óleo de Zahara de los Atunes

El mar una vez más es el elemento principal de este cuadro de grandes dimensiones pintado sobre un lienzo de formato panorámico. Se trata de una obra en la que existe un gran trabajo minucioso en la zona del oleaje creando formas que se acercan bastante a la realidad en cuanto al movimiento se refiere. En este punto cabe resaltar el diferente colorido que hay en esta zona y los diferentes reflejos que hay en el agua.

Si miramos la primera ola que adquiere velocidad para romper y que se sitúa en la zona superior izquierda vemos como queda reflejada en el agua con unas tonalidades de un verde muy claro. Al igual ocurre con la siguiente ola que vemos si miramos un poco más hacia abajo. Tonos verdes y azules propios del mar de Cádiz quedan plasmados en esta marina contrastando con la zona del horizonte que mezclan verdes esmeralda y azules ultramar oscuro que a la vez se contraponen con un azul cielo muy claro y con alguna tonalidad blanca debida a la poca nubosidad existente.

El horizonte queda cortado por una vela que surca el mar ofreciendo lejanía y perspectiva a la composición general.

Los cuadros de marinas por lo general tiene complicación que viene dada debido sobre todo a la composición de mar, al trabajo de fondo que lleva el realizar las olas y que tengan un movimiento natural que no se muestren demasiado rígidas y es en ese punto donde quiero resaltar más el trabajo de este cuadro ya que el mar parece tener movimiento y velocidad. Al igual que el viento presente a través del oleaje ya que no se ve pero se puede percibir a través del mar, podemos de este modo intuir la suave brisa del estrecho.